El disco que se convirtió en una bisagra en la historia del rock

Un libro recientemente lanzado analiza con rigor y brillantez Marquee Moon, de Television, una obra marcada por la turbia Nueva York de la década del setenta, que fue el escenario del surgimiento de bandas legendarias

En el microcosmos de la crítica de rock, Television es uno de esos grupos que gozan de una aprobación prácticamente unánime. Es comprensible: al cuarteto formado en Nueva York a principios de los años 70 le bastó con su primer álbum para comprar un nicho a perpetuidad en el panteón de la historia del género.

Los motivos por los que Marquee Moon (1977) genera tal grado de consenso son muy concretos: a su originalidad —nada sonaba como Television al momento de su aparición—, hay que sumarle el concepto sonoro y estético del álbum, tan definido que las ocho canciones que lo integran bien podrían considerarse como las diferentes secciones de una larga suite.

No menos decisivo es el antológico trabajo de los guitarristas Tom Verlaine, líder y cantante, y Richard Lloyd. Cada vez que suena alguna canción de Marquee Moon es imposible no rendirse a ese entretejido de doce cuerdas que oscila entre minimalismo punk y complejidad jazzera.

Las notas que se clavan como aguijones sobre armonías quebradizas, el contraste entre rítmicas contracturadas y cadenciosas, y la manera en que un riff puede convertirse en un solo de guitarra que desemboca en una apoteosis instrumental, reflejan la sorprendente telepatía entre Verlaine y Lloyd.

Television - Marquee Moon Lp 180g Punk Clash Ramones Cd Vini - $ 699.00 en  Mercado LibreLa editorial Dobra Robota + Walden publicó Marquee Moon, de Bryan Waterman, un crítico especializado en literatura estadounidense. El libro pertenece a la serie 33 1/3, de Bloomsbury Publishing, que compila ensayos sobre discos fundamentales en la historia del rock.

Un poco de historia

El origen de Television está en The Neon Boys, la banda que Tom Verlaine, el bajista Richard Hell y el baterista Billy Ficca fundaron en la estela del glam que había consagrado a The New York Dolls como el grupo más explosivo de Nueva York alrededor de 1972. Ya bajo el nombre de Television, el trío desechó la brillantina e incorporó a Richard Lloyd como segundo guitarrista.

Uno de los aciertos de Waterman es anudar la historia del grupo con su contexto urbano porque, al igual que The Velvet Underground, una influencia central y también conflictiva, Television suena a Nueva York.

A mediados de los años 70, el sur de Manhattan era un páramo derruido y decadente al que los taxistas se negaban a ingresar de noche. En el Bowery, un pequeño barrio enclavado entre el Soho y el East Village, había un bar llamado CBGB que programaba música en vivo con artistas de country, bluegrass y blues, de ahí las iniciales de su nombre.

La leyenda cuenta que Verlaine y Hell engañaron a Hilly Kristal, dueño del local, al decirle que Television era una banda de blues y country. Los primeros recitales en el CBGB tuvieron lugar a comienzos de 1974 y fueron el pistoletazo de largada de una escena que revolucionaría el mapa del rock. Unos meses más tarde, el cuarteto era la sensación del under neoyorkino, y el lugar, el escenario en el que artistas como Patti Smith, Ramones, Blondie y Talking Heads consolidaron la movida punk y new wave de la ciudad.

Una Guerra Sorda: Verlaine

Mientras tanto, en el seno del grupo se desarrollaba una guerra sorda: Verlaine, líder indiscutido y compositor de la mayoría de las canciones, buscaba un sonido intelectual y pop; Hell, por su parte, quería que Television sonara crudo y punk. El conflicto se agudizó cuando Verlaine comenzó a excluir las canciones de Hell del repertorio.

El bajista optó por abandonar el proyecto y Fred Smith, su reemplazante, selló la formación definitiva de Television. Hell se sumó por un breve período a The Heartbreakers, que lideraba Johnny Thunders, y poco tiempo después fundó The Voidoids, con el que registró el clásico punk Blank Generation (1977).

El 40 aniversario de Television y su 'Marquee Moon' - | MAKMAMAKMA

Luego de grabar un simple titulado Little Johnny Jewel, una rareza que ocupaba las dos caras del vinilo, y que fue financiado por Terry Ork, manager del grupo, Television firmó contrato con el sello Elektra. Desde el momento de su aparición, Marquee Moon, con su ya icónica tapa —una fotocopia a color de una foto de Robert Mapplethorpe—, recibió la bendición de la crítica y de la escena subterránea, pero fue prácticamente ignorado por el público norteamericano.

Adventure, el exquisito segundo álbum de Television, fue lanzado en 1978. Las ventas fueron mayores que las de su antecesor, pero su sonido, menos filoso, y sus canciones, menos urgentes y más orientadas al pop, desconcertaron a quienes esperaban la segunda entrega de Marquee Moon.

La primera parte de la historia termina cuando Television se disuelve a mediados de ese año. En 1992, los músicos decidieron retomar el proyecto y grabaron un nuevo trabajo, Television, pero el impulso duró poco. En 2013, una nueva reunión los trajo hasta el teatro Vorterix de Caba, con Jimmy Rip en lugar de Richard Lloyd. El recital, extraordinario, solo fue opacado por la codicia de los propietarios del teatro, que lo convirtieron en una lata de sardinas asfixiante en la que el precio de una cerveza equivalía a medio salario de un trabajador promedio.

Reconstruyendo los origenes de Television

Además de analizar las canciones y las letras de Marquee Moon, Waterman reconstruye los orígenes de Television y reivindica el rol de Richard Hell, en aquellos días en los que el grupo aún buscaba su identidad, como el responsable de que el cuarteto abandonara su perfil glam en favor de una estética cruda y callejera.

El crítico también examina con lupa las corrientes estéticas de la escena neoyorkina de principios de los años 70 que dieron forma al punk norteamericano, y la importancia que tuvieron bandas como Count Five y The 13th Floor Elevators, exponentes del garage psicodélico de finales los años 60, en la música de Television.

A partir del cotejo de artículos y reportajes publicados en las revistas norteamericanas PUNK, Rock Scene, New York Rocker, y las británicas New Musical Express y Melody Maker, Waterman describe la relación de Television con la prensa, y la manera en que su música fue recibida por la crítica de la época.

Su relato incluye, además, un acercamiento a la relación amorosa y también profesional que mantenían Patti Smith y Verlaine, que llevó al líder de Television a rechazar una oferta por parte del sello Arista, casa editora de Horses, el debut de Smith de 1975, para evitar comparaciones.

La escena musical norteamericana de los años 70, el influjo de la omnipresente Manhattan en la obra de Television y las complejas relaciones entre los integrantes del grupo son los ejes de un libro analítico, profundo e informado. Un grupo de semejante estatura merecía un trabajo de estas características. Un festín para los amantes del rock y su historia.

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